martes, 29 de noviembre de 2016
lunes, 29 de agosto de 2016
lunes, 15 de agosto de 2016
martes, 12 de julio de 2016
LIDERAZGO
LIDERAZGO
Por concepto el
liderazgo es la capacidad que un
individuo posee para influir en las actividades de un grupo con el fin de
lograr un objetivo sumamente común, como ideas generales podemos considerar las
siguientes: el líder existe al haber seguidores, solo existe el liderazgo si los individuos aceptan realmente un líder,
el objetivo tiene que ser común y el líder inspira y motiva a cumplir las metas. [1]
Se tiene por idea que: liderar
es provocar motivación, expresado de una
manera más sencilla, se puede decir que liderazgo
mira al líder y motivación a sus seguidores, pues son dos caras dentro de una
misma moneda. [1]
Según estudios psicológicos
cada uno de nosotros tratamos de encontrar en nuestros líderes la seguridad que nos otorga la idea de nuestro
Padre como ser perfecto, representando así esta idea en la imagen de nuestros líderes,
considerándolos más grandes, más inteligentes y más capaces que nosotros. [1]
El liderazgo en una
organización se da por la necesidad de tener un instrumento que permita motivar
a los miembros de dicha organización para alcanzar diversos objetivos, es por
este motivo que se realiza la elección de un líder, el cual es el resultado de
las necesidades del grupo. En síntesis, " el líder es un producto no de sus
características, sino de sus relaciones funcionales con individuos específicos
en una situación específica." [1]
Como todo buen
personaje, todo buen líder cumple diversas características, cabe mencionar
algunos ejemplos a continuación: capacidad de escucha, es una persona
totalmente abierto a las nuevas ideas y posibles soluciones a problemas, ayuda
a los miembros del equipo a hacerse cada vez más independientes, busca que el
equipo tome las mejores decisiones de manera colaborativa sin imponer sus ideas, no utiliza la fuerza,
confía y tiene fe en las capacidades de los demás, utiliza la honestidad para comunicarse, busca evitar
conflictos entre los miembros, sabe conseguir que los problemas se solucionen en
bien para todos los miembros.[2]
Refiriéndonos a conductas
generales en un líder podemos considerar las siguientes: trata con respeto a
todos, demuestra total humildad, acepta sus errores, sabe afrontar las
situaciones difíciles sin buscar pretextos, mantiene compromisos, se expresa de
forma directa, no oculta información de manera egoísta, demuestra lealtad,
busca mejorar con lo que va aprendiendo de manera constante día a día, escucha
para realmente entender antes de hablar,
expande la confianza entre el grupo. [3]
Existen diversos
factores en la toma de decisiones dentro de un equipo los cuales son: la
motivación tanto del líder como de los
miembros y el nivel de experiencia de los seguidores, existen cuatro niveles
según como se desenvuelvan los seguidores, este impacto tiene consecuencias
finales en el trabajo, los niveles son: el principiante entusiasta, el cual es
el que posee mucho entusiasmo y motivación pero baja experiencia y
conocimientos; el estudiante desilusionado, el cual es de bajo entusiasmo y
compromiso; el contribuyente y el pico intérprete renuente, el cual posee un
alto nivel de competencia pero con un poco compromiso. [4]
REFERENCIAS:
[4]
http://es.alpha-nouvelles.com/article/factores-situacionales-en-liderazgo
OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES
La
pobreza no la hizo Dios, la hacemos tú y yo cuando no compartimos lo que
tenemos -Madre Teresa de Calcuta.
Al
hablar de pobreza, acaso ¿solo nos referimos a la pobreza material o se
considera también la espiritual?, muchas personas solo consideran que la pobreza es algo meramente material, que
una persona por no poseer alguna cosa es considerado pobre, pero yo creo que la
pobreza también es algo espiritual, se puede considerar tener muchas cosas
materiales, pero si el alma de una persona por más cosas que posea, está vacía,
también puedes ser considerado "pobre".
Como
el Papa Francisco menciona en su encíclica los ricos se hacen cada vez más
ricos gracias a los pobres que cada vez se hacen más pobres, pero los hombres
que solo se preocupan por acumular riquezas y aparentemente son sumamente felices
con esa misma riqueza, es casi seguro que espiritualmente estén hundidos en la "pobreza".
Dios
ama a los pobres y por consiguiente a quienes aman a los pobres - Vicente de
Paul. La frase de Vicente de Paul es muy
cierta, y tiene relación con el hecho
que la persona que ayuda a su prójimo llena su alma, puedes poseer muchas
riquezas pero ello no asegura la felicidad, para la cual la opción sería ayudar
a las personas de pocos recursos o dicho de otra forma a tu prójimo pero lo
importante es que sea de corazón, las cosas no se hacen por compromiso, se
hacen por amor.
Existen
gran cantidad de obras de misericordia, divididas por teoría en espirituales y
corporales, cabe mencionar algunos ejemplos, espirituales: dar buen consejo al
que lo necesita, muchas veces nos encontramos ante terceros con la necesidad de
un buen consejo, por ello es que cada uno vive experiencias para poder más
adelante ayudar con estas a su prójimo, tanto como para prevenir de situaciones
como para ayudar a superarlas; perdonar
las ofensas, Jesucristo al momento de estar en la cruz agonizando por nuestra
causa, pidió a su Padre que nos perdonara; sufrir con paciencia los defectos de
los demás, cada persona tiene virtudes como también defectos, nosotros tenemos
que aceptar a cada uno tal y como es; existen muchas más obras de misericordia
espirituales; corporales: dar de comer al hambriento, visitar a los enfermos,
dar de beber al sediento, visitar a los presos, enterrar a los difuntos, entre
otras.
Esta
preocupación por los pobres no es algo que
sea reciente, algo actual, es más bien una preocupación de muchos años
atrás, que se notó por las actitudes de Jesucristo para con ellos, el apoyo a
los pobres no es una opción social, ni política, es una opción teológica.
Con el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco pone al
centro de la atención el Dios misericordioso que invita a todos a volver hacia
Él. El encuentro con Él inspira la virtud de la misericordia.
En la Biblia se pone en evidencia el
momento en que Jesucristo vendrá a
juzgar tanto a los vivos como a los muertos, está claro que no te juzgara por
cuantas veces viajaste, cuantos ceros sacaste, ni mucho menos por la cantidad de bienes que poseas.
Jesucristo te juzgara por la obras de misericordia realizadas en el trayecto de
tu vida, cuantas veces apoyaste a tu prójimo, cuantas veces vestiste al
desnudo, cuantas fueron las veces que diste de comer al hambriento, ¿alguna vez perdonaste realmente de corazón?, perdona
para que tú seas también realmente perdonado.
En
conclusión existen no solo los pobres materiales, sino también espirituales, es
necesario que para llenar nuestra alma y no poseer riqueza espiritual,
realicemos obras de misericordia pero que sean de total corazón, para que con
el granito de cada quien podamos luchar contra la pobreza material que muchas
veces atrapa y envuelve a algunas personas, todos somos hijos de Dios, todos
merecemos vivir en comodidad, sin penurias, una parte se resume en lo dicho por
el Papa Francisco: “No sirve de mucho la riqueza en los bolsillos, cuando hay pobreza
en el corazón”. Ama a tu prójimo, empieza a verlo como el verdadero reflejo de
Dios, como a imagen y semejanza que fue creado, como hijo suyo, como hermano
tuyo.
PROGRAMACIÓN PYTHON
#pares.py
# programa que capture tres números
#verifique que sean pares
#basta que uno sea impar y muestra"números impares" y termina el programa
#caso contrarios halle el mayor y lo muestra
# que se repita mientras desee el usuario
res="s"
while res=="s":
a=input("ingrese el primer numero:")
b=input("ingrese el segundo numero:")
c=input("ingrese el tercer numero:")
if (a%2==0 and b%2==0 and c%2==0): # % para hallar residuo
if (a>b and a>c): #Condición Doble
print ("el mayor es:",a)
if (b>a and b>c): #aquí es necesario el AND
print("el mayor es:",b)
if (c>a and c>b):
print("el mayor es;",c)
else: #Else es el comando SINO
print("números impares")
res= raw_input("si desea que el programa termine ingrese n, si desea que continue ingrese s:")
"""
ingrese el primer numero:1
ingrese el segundo numero:2
ingrese el tercer numero:3
"números impares"
si desea que el programa termine ingrese n, si desea que continue ingrese s: n
"""
# programa que capture tres números
#verifique que sean pares
#basta que uno sea impar y muestra"números impares" y termina el programa
#caso contrarios halle el mayor y lo muestra
# que se repita mientras desee el usuario
res="s"
while res=="s":
a=input("ingrese el primer numero:")
b=input("ingrese el segundo numero:")
c=input("ingrese el tercer numero:")
if (a%2==0 and b%2==0 and c%2==0): # % para hallar residuo
if (a>b and a>c): #Condición Doble
print ("el mayor es:",a)
if (b>a and b>c): #aquí es necesario el AND
print("el mayor es:",b)
if (c>a and c>b):
print("el mayor es;",c)
else: #Else es el comando SINO
print("números impares")
res= raw_input("si desea que el programa termine ingrese n, si desea que continue ingrese s:")
"""
ingrese el primer numero:1
ingrese el segundo numero:2
ingrese el tercer numero:3
"números impares"
si desea que el programa termine ingrese n, si desea que continue ingrese s: n
"""
jueves, 19 de mayo de 2016
PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
- La dignidad de la persona humana: La dimensión esencial es la relacionalidad, porque el ser humano es Imagen de Dios ya que el hombre se relaciona con él. Una sociedad justa depende del respeto de la dignidad. Y se debe garantizar una igualdad.
- El bien común: busca encontrar plenitud de sentido, permite el logro de la propia perfección, es indivisible porque solo juntos es posible alcanzarlo. Es responsabilidad de todos y cada uno. El gobierno en cada país tiene el deber de armonizar con justicia.
- Destino universal de los bienes: Todos deben gozar de los bienes para su propio desarrollo, se dice que es el “primer principio de todo el ordenamiento ético-social” y “Principio peculiar de la doctrina social cristiana”.
- La subsidiaridad: Expresa y defiende los derechos y autonomía de cada uno de los personajes en el ámbito de la sociedad. Es la solución contra el Estado centralizado. Su raíz es: la persona autónoma, la comunidad menos como autónoma. Es así que la comunidad superior debe apoyar a la persona y a la comunidad menor.
- La participación: Consecuencia de la subsidiaridad. Se debe cumplir con vistas al bien común, es necesario que la sociedad participe en la vida pública, políticamente se deben instaurar privilegios ocultos, implica considerar a los personajes como “sujetos”, implica correcta responsabilidad.
- La solidaridad: Tiene determinación firme y perseverante de buscar el bien común, constituye el fin y el motivo primario del valor de la organización social, confiere relieve: a la intrínseca sociabilidad de la persona humana, a la igualdad de todos en dignidad y derechos, al camino común de los pueblos hacia una unidad cada vez convencida.
RESUMEN ENCICLICA " DEUS CARITAS" BENEDICTO XVI
Esta
encíclica titulada “Deus Caritas” nos pretende enseñar el
significa del amor en su total complejidad, comenzando con la frase “Dios es
amor, y quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en El”, la unión
del amor a Dios y el amor al prójimo reafirmada por Jesucristo, nos afirma que
el amor ya no es solo un “mandamiento” sino la respuesta al don del amor, es un
amor tan puro del cual nos colma Dios que debemos comunicarlo a los demás. Nos
detalla las dos partes en las que constara dicha Encíclica las cuales son: la
primera de carácter especulativo la cual precisa algunos puntos esenciales
sobre el amor que Dios de manera gratuita ofrece al hombre y la segunda, la
cual consta de una índole más concreta pues nos habla de cómo cumplir de manera
eclesial el mandamiento del amor.
Nos
explica sobre el mal uso actual de la palabra “amor”, también nos menciona el significado de las
palabras: “eros” y “agapé” transportándonos a la antigua Grecia, quienes
definen al eros como el amor entre hombre y mujer y como un arrebato, una “locura divina” como
culto de fertilidad donde las prostitutas son tratadas solo como instrumentos.
En otras palabras el eros degrada a puro “sexo”, gracias al “agapé” ahora el
amor es ocuparse y preocuparse por el otro, se convierte en renuncia. Nos habla
también sobre amor de Dios a su pueblo
de Israel, calificándolo casi como un noviazgo y la manera como lo acoge con el objeto de salvar precisamente
de este modo a toda la humanidad, este amor suyo puede ser calificado sin duda
como eros que, no obstante, es también totalmente agapé. La verdadera
originalidad del Nuevo Testamento no consiste en nuevas ideas, sino en la
figura misma de Cristo, que da carne y sangre a los conceptos: un realismo
inaudito. La finalidad de entregar a Cristo en la cruz es por salvarnos, lo
cual nos ayuda a definir que Dios es amor.
Jesús
se identifica con los pobres, los
hambrientos, los sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o
encarcelados, mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo pueda
ayudar, La Iglesia tiene siempre el deber de interpretar cada vez esta relación
entre lejanía y proximidad, con vistas a la vida práctica de sus miembros. En
fin, se ha de recordar de modo particular la gran parábola del Juicio final
(cf. Mt 25, 31-46), en el cual el amor se convierte en el criterio para la
decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana.
Amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos
a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios. Una persona no puede afirmar amar
a Dios si en su corazón existe odio a su prójimo.
Dios
nos ama y nos hace ver y experimentar su amor, y de este “antes” de Dios puede
nacer también en nosotros el amor como respuesta, también aclara que el amor no
es solo un sentimiento, ya que los sentimientos van y vienen, dicho de otra manera
son una chispa inicial, el encuentro con
las manifestaciones visibles del amor de Dios puede suscitar en nosotros el
sentimiento de alegría, que nace de la experiencia de ser amados, de modo que
nuestro querer y la voluntad de Dios coinciden cada vez más: la voluntad de
Dios ya no es para mí algo extraño que los mandamientos me imponen desde fuera,
sino que es mi propia voluntad, habiendo experimentado que Dios está más dentro
de mí que lo más íntimo mío creciendo entonces el abandono en Dios y Dios es
nuestra alegría.
El
amor es « divino » porque proviene de Dios y a Dios nos une y, mediante este
proceso unificador, nos transforma en un Nosotros, que supera nuestras
divisiones y nos convierte en una sola cosa, hasta que al final Dios sea « todo
para todos ». Jesús « entregó el espíritu », el Espíritu es esa potencia interior que armoniza su
corazón con el corazón de Cristo y los mueve a amar a los hermanos como Él los
ha amado, cuando se ha puesto a lavar los pies de sus discípulos y, sobre todo,
cuando ha entregado su vida por todos.
Toda
la actividad de la Iglesia es una expresión de un amor que busca el bien
integral del ser humano: busca su evangelización mediante la Palabra y los
Sacramentos, llamándolo servicio de la caridad. El servicio social que los
Apóstoles desempeñaban era absolutamente concreto, pero sin duda también
espiritual al mismo tiempo. Con la formación de este grupo de los Siete, la «
diaconía » el servicio del amor al prójimo ejercido comunitariamente y de modo
orgánico quedaba ya instaurada en la estructura fundamental de la Iglesia
misma. La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea:
anuncio de la Palabra de Dios celebración de los Sacramentos y servicio de la
caridad. Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra.
Para la Iglesia, la caridad pertenece a su naturaleza y es manifestación irrenunciable
de su propia esencia. La Iglesia es la familia de Dios en el mundo.
Es
cierto que una norma fundamental del Estado debe ser perseguir la justicia y
que el objetivo de un orden social justo es garantizar a cada uno, respetando
el principio de subsidiaridad, su parte de los bienes comunes. Eso es lo que ha
subrayado también la doctrina cristiana sobre el Estado y la doctrina social de
la Iglesia, Las obras de caridad (la limosna) serían en realidad un modo para
que los ricos eludan la instauración de la justicia y acallen su conciencia.
Se
debe admitir que los representantes de la Iglesia percibieron sólo lentamente
que el problema de la estructura justa de la sociedad se planteaba de un modo
nuevo. En la difícil situación en la que nos encontramos hoy, a causa también
de la globalización de la economía, la doctrina social de la Iglesia se ha
convertido en una indicación fundamental, que propone orientaciones válidas
mucho más allá de sus confines: estas orientaciones (ante el avance del
progreso) se han de afrontar en diálogo con todos los que se preocupan
seriamente por el hombre y su mundo. La Iglesia, como expresión social de la fe
cristiana, por su parte, tiene su independencia y vive su forma comunitaria
basada en la fe, que el Estado debe respetar.
La
justicia es el objeto y, por tanto, también la medida intrínseca de toda
política, la fe permite a la razón desempeñar del mejor modo su cometido y ver
más claramente lo que le es propio. En este punto se sitúa la doctrina social
católica: no pretende otorgar a la Iglesia un poder sobre el Estado. Lo que
hace falta no es un Estado que regule y domine todo, sino que generosamente
reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de subsidiaridad, las
iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales y que unen la
espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio. En esto, la
tarea de la Iglesia es mediata, ya que le corresponde contribuir a la
purificación de la razón y reavivar las fuerzas morales, sin lo cual no se
instauran estructuras justas, ni éstas pueden ser operativas a largo plazo.
Debe animarse a la “caridad social”.
Los
medios de comunicación de masas han como empequeñecido hoy nuestro planeta,
acercando rápidamente a hombres y culturas muy diferentes. Si bien este « estar
juntos » suscita a veces incomprensiones y tensiones, el hecho de que ahora se
conozcan de manera mucho más inmediata las necesidades de los hombres es
también una llamada sobre todo a compartir situaciones y dificultades, y éste
es un aspecto provocativo y a la vez estimulante del proceso de globalización,
es así que ahora se puede contar con innumerables medios para prestar ayuda
humanitaria a los hermanos y hermanas necesitados, los organismos del Estado y
las asociaciones humanitarias favorecen iniciativas orientadas a este fin,
generalmente mediante subsidios o desgravaciones fiscales en un caso, o
poniendo a disposición considerables recursos. Precisamente en la
disponibilidad a « perderse a sí mismo » y par en favor del otro, se manifiesta
como cultura de la vida. En este sentido de caridad, la fuerza del cristianismo
se extiende mucho más allá de las fronteras de la fe cristiana.
Quien
ejerce la caridad en nombre de la Iglesia nunca tratará de imponer a los demás
la fe de la Iglesia. Es consciente de que el amor, en su pureza y gratuidad, es
el mejor testimonio del Dios en el que creemos y que nos impulsa a amar. El
cristiano sabe cuándo es tiempo de hablar de Dios y cuándo es oportuno callar
sobre Él, dejando que hable sólo el amor. Sabe que Dios es amor y que se hace
presente justo en los momentos en que no se hace más que amar. Por lo que se
refiere a los colaboradores que desempeñan en la práctica el servicio de la
caridad en la Iglesia, ya se ha dicho lo esencial: Han de ser, pues, personas
movidas ante todo por el amor de Cristo, personas cuyo corazón ha sido
conquistado por Cristo con su amor, despertando en ellos el amor al prójimo. Quien
ama a Cristo ama a la Iglesia y quiere que ésta sea cada vez más expresión e
instrumento del amor que proviene de Él. El colaborador de toda organización
caritativa católica quiere trabajar con la Iglesia y, por tanto, con el Obispo,
con el fin de que el amor de Dios se difunda en el mundo, la íntima
participación personal en las necesidades y sufrimientos del otro se convierte
así en un darme a mí mismo.
Fe,
esperanza y caridad están unidas. La esperanza se relaciona prácticamente con
la virtud de la paciencia, que no desfallece ni siquiera ante el fracaso
aparente, y con la humildad, que reconoce el misterio de Dios y se fía de Él
incluso en la oscuridad. La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y
así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que Dios es
amor.
Contemplemos
finalmente a los Santos, a quienes han ejercido de modo ejemplar la caridad, ya
que son los verdaderos portadores de luz en la historia, porque son hombres y mujeres
de fe, esperanza y amor, sobresale María, que habla y piensa con la Palabra de
Dios; la Palabra de Dios se convierte en palabra suya, y su palabra nace de la
Palabra de Dios. Así se pone de manifiesto, además, que sus pensamientos están
en sintonía con el pensamiento de Dios, que su querer es un querer con Dios.
María, la Virgen, la Madre, nos enseña qué es el amor y dónde tiene su origen,
su fuerza siempre nueva. A ella confiamos la Iglesia, su misión al servicio del
amor. La vida de los Santos no comprende sólo su biografía terrena, sino también
su vida y actuación en Dios después de la muerte.
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